Hubo un concurso en Facebook para ganar entradas para la avant premiere de Sex And The City 2. Se trataba de escribir bajo la siguiente premisa "Manteniendo viva la chispa", en sólo 150 palabras. Como quería ganar, me las dí de Carrie Bradshaw y esto salió. No gané nada, pero mi ego escritor se sintió injustamente defraudado al leer mamonerías y nada al estilo neoyorkino de la serie.
Tenemos claro que muchas veces mantener la chispa se relaciona con un gesto romántico y luego apasionado sexo. Pero eso suena tan noventero como dibujarse el lunar de Cindy Crawford. Ahora, eso ya no es creativo. Intentar poses extrañas del Kama Sutra tampoco.
En una era donde decimos “Te Quiero” por Facebook y hacemos tan pública nuestra relación como tienda con descuentos, sorprender es algo que nos sorprende hasta imaginar. No hablamos de acciones al estilo Hollywood como contratar un avión para que escriba el nombre de nuestro ser amado. Ahora, desde un disfraz erótico hasta un improvisado viaje a la playa son medidas que sacan más que sonrisas.
Mantener la chispa es clave, y no para que la rutina consuma la relación, sino porque cuando ocupas el mismo pañuelo con esos lindos zapatos pierden brillo, como tu pareja.
¿Soplar ese fuego en la relación es un deber o una entretención?

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